miércoles, 31 de agosto de 2011

Artículo del vicepresidente

Historia y Tradición
Profética Carta de Jamaica
Eumenes Fuguet Borregales (*)
Procedente de Cartagena Bolívar llegó a Kingston el 14 de mayo de 1815; pasará siete meses desterrado, casi sólo y sin recursos económicos. A Doña Gertrudis Toro le escribe: “Yo no tengo nada, lo poco que traje lo he repartido entre mis compañeros de suerte”. Uno de los pocos que le tienden la mano es el comerciante escocés Maxwell Hyslop radicado en Jamaica. De los diez mil documentos conocidos del Libertador, siete son los estelares, uno de ellos es la profética Carta de Jamaica, contestación de una misiva recibida el 29 de agosto del comerciante Henry Cullen, quien le había presentado un cuestionario. El histórico documento fue escrito el 6 de septiembre del mismo año, en el cual expone su criterio sobre la situación americana pasada y actual, y su concepto sobre el porvenir de los pueblos. El escrito presenta un definido valor sociológico, de alto contenido político, militar y visionario; el Libertador expone a la vez sus perspectivas llamadas proféticas, que se cumplirían a corto, mediano y largo plazo. Escribió: “le presentaré tan solo las ingenuas expresiones de mis pensamientos”. Visualiza la unión de países, materializado con la creación de la República de Colombia el 17 de diciembre de 1819, conocida como la Gran Colombia o Colombia La Grande. En la carta manifiesta: “Yo deseo más que otro alguno, ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria”. Se anticipa once años a la realización del Congreso Anfictiónico de Panamá, reunido desde el 22 de junio al 15 de julio de 1826, cuando escribe: “Ojalá algún día tengamos la fortuna de instalar en Panamá un augusto Congreso de los representantes de las repúblicas”. “De unirse la Nueva Granada con Venezuela, la capital podría ser Maracaibo o una nueva ciudad con el nombre del Padre Bartolomé de Las Casas, el filántropo sacerdote”. Explicaba que la lucha emancipadora no había logrado sus fines por la falta de recursos económicos y de ayuda exterior, especialmente de Inglaterra que se niega a enviar armas. El conflicto por lograr la independencia se transformó en una guerra civil, con marcado tinte racista; Boves había logrado convencer a los pardos, de que los verdaderos enemigos eran los blancos criollos, a quienes había que destruir para distribuirse las tierras y riquezas. Los pueblos no sentían el aprecio a la libertad y se conformaban con vivir bajo el régimen colonial. Plasmó en su documento que: los hermanos del norte, se han mantenido inmóviles espectadores en esta contienda. Los jefes enviados por los españoles solo destrozaban al pueblo; Sin duda Bolívar ratifica el infortunio de Venezuela de vivir en un estado belicoso. Provincias pequeñas como Panamá y Santa Marta y toda Centroamérica deberían ser más importantes para los españoles, pues éstas representan un gran potencial en el futuro, si esas naciones logran la independencia y un desarrollo de su economía, tienen el potencial geográfico para ser una república muy rica. Visualizaba la posibilidad de la construcción de un canal interoceánico, que conectaría el océano pacifico con el atlántico. Las islas más grandes del Caribe, son estas, en las que los españoles están más afianzados, pero acaso estas islas no quieren la independencia. No creía conveniente para Venezuela la implementación de sistemas como el federal y el monárquico, exhortaba a no caer en sistemas de anarquía totalitaria. El resto de Europa ve con asombro las acciones tomadas por España, ya que estos países poseen colonias en América, pero sin embargo, no agreden tan fuertemente a sus pueblos, no quieren perder esas colonias, pero no ocasionan tanto daño en sus pueblos. Bolívar expresaba que cuando los pueblos americanos se liberen de los españoles, será un nuevo renacer para la vida política y social de dicha república. La unión que ha mantenido la provincia de Chile y Buenos Aires ha sido vital para la batalla de independencia de ambas provincias. Exhorta a los mexicanos a no dejarse llevar por los tiranos y se refiere a Centroamérica como un territorio feliz. Culmina su reflexión con una imprecación que repetirá hasta su muerte como es la unión, porque Dios sostiene la justa causa de los americanos y les concederá la independencia. Culmina la contestación: “Tales son señor las observaciones y pensamientos que tengo el honor de someter a usted, para que las rectifique o deseche según su mérito”. La histórica Carta de Jamaica fue traducida al inglés por el general canadiense John Robertson (1767-1815), quien por cierto escribió la primera biografía que se conoce de nuestro Libertador.
Gral. de Bgda. eumenes7@gmail.com

viernes, 26 de agosto de 2011

Columna en "El Carabobeño" de Nuestro Vicepresidente.

Historia y Tradición
La leyenda del conquistador Martin Tinajero
Eumenes Fuguet Borregales (*)
Con la finalidad de saldar deudas contraídas por el gobierno español con los Welser, banqueros alemanes, el rey Carlos V dispone una capitulación suscrita en Madrid el 27 de marzo de 1528; aceptada por Enrique Ehinger y Gerónimo Sailer. La Capitulación los autoriza: “descubrir, conquistar y poblar la vasta región que comprendía la provincia de Venezuela; los obliga fundar dos ciudades y tres fortalezas; movilizar cincuenta técnicos para las minas a conseguir todo en un plazo de dos años”. Dos gobernadores alemanes tuvo Venezuela, con el afán de conseguir las supuestas riquezas de “El Dorado”, llegarían hasta las cercanías de Bogotá: Ambrosio Alfinger Primer Gobernador y Capitán General de Venezuela, fundador de Maracaibo y Jorge Spira. Un funcionario de los Welser fue Nicolás Federmann (1505- 1542), al llegar a Coro a comienzos de mayo de 1535, es designado por Spira teniente gobernador, con la misión de expedicionar los primeros meses de 1536 hacia el occidente, para llegar hasta el Cabo de la Vela en la Guajira. En el grupo de Federmann se encontraba un joven conquistador español conocido como Martín Tinajero, nacido en la población de Écija, provincia de Sevilla de la comunidad autónoma de Andalucía, cuya patrona por cierto es la virgen del Valle, celebrada el 8 de septiembre. Martín hijo de labriegos, dedicados también a la preparación de la arcilla para elaborar tinajas, de allí la denominación de tinajero. De excelente comportamiento, colaborador en los oficios de la casa y bondadoso con sus compañeros de vecindad. La leyenda escrita por Fray Pedro de Aguado sobre Martín Tinajero informa que de adolescente en la iglesia del pueblo, escuchó: “Tu corazón está destinado a una gran leyenda”, Martín pensaba que sería un llamado al sacerdocio. Entusiasmado por los amigos dispuestos a buscar aventuras en el Nuevo Mundo y motivados por la Leyenda de El Dorado”, embarcaron hacia Coro. Martín iba en la expedición de Federmann como cocinero; el capellán era el Padre Vicente Requejada, nacido en Zaragoza. Primer Agustino en llegar a Hispano América. La expedición se dirigió en dirección Rio Hacha; el grupo sufrió las inclemencias de las lluvias, transitaron en áreas boscosas y desérticas, colmadas de plagas; en ocasiones no conseguían agua o comida; el joven Martín no soportó la travesía, falleciendo en septiembre de 1536, supuestamente en la región cercana a Bobures. Federmann continuó su periplo; luego de varios días decide regresar a Coro por la misma ruta; durante su avance notan una aroma extraña y agradable a cierta distancia donde habían dejado semi enterrado a Martín; al aproximarse notaron el aumento de la fragancia; en el espacio del pecho se encontraba una colmena de abejas; sus compañeros admirados comentaban que: “el corazón de Martín siempre era de miel”. En su pueblo se le consideraba un “soldado santo”. La muerte de este joven conquistador dio lugar a varias leyendas registradas por los cronistas de la época Fray Pedro de Aguado y Fray Pedro Simón, reseñada igualmente por el historiador José de Oviedo y Baños (1671-1738), natural de Bogotá y en tres ocasiones Alcalde de Caracas; nos dejó su importante obra “Historia de la conquista y población de la provincia venezolana”. El ilustre valenciano José Bernardo Núñez (1895-1964), primer Cronista Oficial de Caracas, ensayista y escritor de fina pluma, nos ofrece igualmente su relato de este personaje del siglo XVI. El escritor uruguayo-venezolano, reconocido cuentista Armando Quintero Laplume (1944- ), en su obra: “el corazón de Martín Tinajero, origen de una leyenda”, nos recrea de manera amplia sobre este joven personaje. Aquiles Nazoa, conocido escritor caraqueño, humorista, poeta (1920-1976), nos relata en su Credo: … Creo en el perro de Ulises y en el gato risueño de Alicia en el País de las Maravillas, en el loro de Robinson Crusoe, en los ratoncitos que tiran del carro de la Cenicienta; en Reralfiro el caballo de Rolando y en las abejas que labraron su colmena en el corazón de Martín Tinajero.
(*) Gral. de Bgda. eumenes7@gmail.com

Ante la muerte de Don Helí Saúl Pérez

Valencia


10-04 |
Individuo de número de la Academia de la Historia

Sepultados este sábado restos del escritor Helisaúl Pérez

Valencia, abril 9 (Silmari Rivas Rubin).- Falleció, a los 84 años de edad, el escritor trujillano Helisaúl Pérez, individuo de número de la Academia de la Historia del estado Carabobo, cuyos restos fueron sepultados este sábado en el cementerio Jardines del Recuerdo.

Enrique Mandri Llanos, vicepresidente de la Academia de la Historia del estado Carabobo, destacó que Pérez fue por muchos años profesor del Instituto Nacional de Capacitación y Educación (Ince) y trabajó en la parte de literatura en la Universidad Rómulo Gallegos, durante los inicios de esta casa de estudios superiores.

-Fue un hombre muy católico, como buen ex alumno salesiano y era viudo de Amalia Martínez. Tenía tres hijos: Una hembra y tres varones, todos ellos profesionales.

Helisaúl -destacó Mandri- escribió muchos libros e incluso están por publicarle otro: "Lamentablemente no llegó a verlo". Entre algunos títulos, el vicepresidente de la Academia de la Historia recordó: "Galería de Ilustres Guariqueños", que es de biografías; "Lejanas Riveras", de crónicas; y "Desde la Cresta de la Montaña".

Asimismo, mantuvo por muchos años una columna en El Carabobeño. "Fue un hombre muy completo, recto, de una gran palabra, buen padre, esposo, amigo, muy serio", acotó Mandri, quien manifestó tenerle un inmenso cariño a Pérez, con quien sostuvo un sólida amistad a pesar de la diferencia de edad. "Todas las cosas las hizo bien, como hombre serio".

Una representación de la Academia de la Historia formó parte de la guardia de honor del féretro, este mismo martes, en la capilla Velatorio "Santa Rosa", donde también estuvieron presentes personajes del mundo académico y universitario, amigos y familiares de Helisaúl Pérez.

Según lo comentado por el historiador Enrique Mandri, el escritor trujillano tenía varios años retirado de la actividad diaria de la academia, por motivos de salud y debido a su avanzada edad.










miércoles, 24 de agosto de 2011

SUCESIÓN DE ACADÉMICOS

"A" Luis Eduardo Henríquez - Jorge Urosa Savino.
"B" Adolfo Blonval López - Marco Tulio Mérida Fuentes - José Alfredo Sabatino Pizzolante
"C" Fabián de Jesús Díaz - Oswaldo Feo Caballero
"Ch" Luis Rafael García
"D" Alfondo Marín - Guillermo Mujica Sevilla
"E" Torcuato Manzo Núñez - Andrés Bertrand Perdomo
"F" Felipe Herrera Vial - Juan Correa González
"G" Asdrubal González Servén
"H" Carlos Vicci Oberto - Fernando Castillo Orduz - Luigi Frasssato Cambursano
"I" Enriqueta Peñalver Gómez - Ricardo Alfonso Inojosa
"J" Francisco Morales Urbano - Ignacio Bellera Arocha - María Cora Páez Caprles de Topel
"K" Fritz Kûper
"L" Miguel Elías Dao - Rafael Agustín Pinto Prada
"LL" Cesar Esteves Pérez
"M" Antonio Oswaldo Marvez Sosa - Efraín Inaudy Bolívar
"N" Alfonso Betancourt
"Ñ" Nestor Torres Pérez - Armando Martínez
"O" Luis Cubillán Fonseca
"P" Luis Vázquez Quiroz - Eduardo Arroyo Álvarez - Heli Saul Pérez (+)
"Q" Luisa Galíndez - Mary Acuña Parra
"R" Luis Rafael Medina Ortega - Francisco J. Ávila - Argenis Zuluaga
"S" Francisco Ramón Velázquez - José Rafael Clavo López - Eumenes Fuguet Borregales
"T" Juan Ricardo López Ponce - Alejandro Divo - Julio Centeno Rodríguez
"U" Virginia Pérez Linares (+)
"V" José Ramón López Gómez
"W" José Manuel Riera Torres
"X" Miguel Flores Sedek
"Y" Victor Sierra - Enrique José Alejandro Mandry Llanos
"Z" Raúl Villaroel - Domingo Alfonso Bacalao Octavio

martes, 2 de agosto de 2011

ALGUNOS DATOS SOBRE EL HOSPITAL PRIMERO DE VALENCIA.

HOSPITAL DE SAN ANTONIO DE PADUA.

Enrique J, A. Mandry Llanos


Construido por los españoles a mediado del siglo XVIII, situado en el cruce de las calles Colombia y Soublette, es considerado el inmueble más antiguo que tiene Valencia. De tapias y tejas, con patio y amplios corredores reproduce el modelo del hospital colonial hispanoamericano. Existe constancia de su construcción en la visita del obispo Fray Francisco del Rincón a la ciudad y a su iglesia parroquial el día 25 de mayo de 1715, “después pasó a la ciudad de Nueva Valencia, Visito su Parrochial y Hospital que se está
Construyendo,…”
Fue el único centro asistencial que tuvo la ciudad hasta fines del siglo XIX. Tenía una capacidad de alrededor de ocho camas para el año de 1768. Cuando la visita del Obispo Martí, el 23 de marzo de 1783, tenía siete pacientes, habiendo dispuesto el señor Obispo que se ocuparan hasta ocho camas fijas (en oportunidad había llegado a quince)

PERSONAL.

El personal se componía de la siguiente forma: Un médico con un sueldo de 150 pesos anuales. Un practicante cuyo sueldo era de 60 pesos anuales y comida y una cocinera con 84 pesos anuales y comida como retribución.
El hospital era administrado por un Mayordomo, quién designaba al médico, entre quienes ejercieron la mayordomía se encuentran: Luis Rodríguez de Guzmán, luego Antonio Gregorio Landaeta y a Luis José Windevoxhel, quién se desempeñó hasta finales del siglo XVIII.
Entre los médicos que ejercieron en este centro cabe mencionar a: Diego Pereira, cirujano romancista, nacido en Caracas. Para 1795 actuaba como Cirujano del Batallón de Pardos de Valencia, de él son las primeras disposiciones de higiene pública dictadas en nuestra ciudad.
Juan Saubeny. Fue también Cirujano del Batallón de Pardos.
Mateo Saubens, Ejercía como Cirujano de La Compañía Guipuzcoana, cuando acepto el nombramiento de médico del Hospital de Valencia, fue también Cirujano del Batallón de pardos y blancos de Valencia. Renunció a sus cargos en el año 1794.
Pedro de Deo. Médico francés sustituyó a Saubens en sus funciones, tuvo problemas a raíz de los sucesos de la revolución francesa, por haber sido denunciado como antimonárquico ante el gobierno español, pudo demostrar su inocencia y reincorporarse a sus cargos. Murió en 1795 en el desempeño de sus funciones.
El hospital fue utilizado para distintos fines, sobre todo debió estar abandonado durante la época de la Guerra de Independencia. En sus habitaciones se reunió el Congreso de 1812, en el periodo del 16 de marzo al 6 de abril. Clausurando sus sesiones frente a la amenaza de las tropas de Monteverde que se acercaban a la ciudad.
En el año de 1830, se reunió el Congreso Constituyente que separo a Venezuela de la Nueva Granada y eligió al General José Antonio Páez como Presidente de Venezuela. En otras oportunidades había servido como Hospital de Sangre y como cuartel. En él se instaló el Colegio Nacional de Carabobo, el día 5 de julio de 1836.

HOSPITAL DE CARIDAD.

Motivado a los decretos del Presidente Guzmán Blanco en 1874, que efectuaron profundos cambios en la administración de los hospitales, el Hospital de San Antonio de Valencia pasó a depender del Concejo Municipal del distrito, y cambia su denominación a Hospital de Caridad, término utilizado para su denominación desde hacía muchos años, el Teniente de Valencia Don Antonio Manzano en 1768, hace referencia a él como Hospital de Caridad. Casi simultáneamente a estos cambios, el Presidente eleva el Colegio Nacional de Carabobo a Colegio Federal de Primera Categoría, y su sede, el Convento de San Buenaventura, sufrirá importantes modificaciones, de esta época data su segundo piso y las transformaciones de la fachada. Se convertirá con el tiempo en sede de la Facultad de Derecho y emblema de la Universidad de Carabobo.
Los estudios superiores habían seguido un curso regular desde 1852 en donde los estudiantes de los últimos años de la carrera médica frecuentaban el hospital, allí se realizaron las primeras intervenciones, así como se inició el uso del cloroformo, dando origen a la anestesia en nuestra ciudad. El descubrimiento del éter, fue comunicado al mundo el 18 de noviembre de 1846, en un artículo publicado en el “Boston Medical and Surgical Journal” y un año después se introdujo el cloroformo. Una de las intervenciones realizadas en este hospital fue recogida para la historia por el doctor José Antonio Zárraga (quién había sido discípulo de Vargas) en las páginas de un folleto titulado “Lecciones de Clínica Quirúrgica Dedicado a los Estudiantes del Colegio Nacional de Carabobo”. Relativo al caso de una litiasis vesical de un paciente intervenido el día 12 de mayo de 1856, bajo anestesia clorofórmica, este medio fue descubierto en 1831-32, y presentado a la Sociedad Médica de Edimburgo en 1847 por James Young Simpson, quién lo había utilizado por primera vez. La fuerte oposición y dificultades hacia su empleo cesaron virtualmente, luego que la Reina Victoria, fuera intervenida mediante el cloroformo en 1853 . Su uso en el hospital valenciano se produce, a 9 años de la presentación a la sociedad médica y a tres años de su uso en la Reina de Inglaterra, lo cual marcó su generalización.
El Dr. Zárraga, operaba acompañado de Horacio Cassaire, realizaban variadas intervenciones entre ellas: amputaciones de miembros, curas de fístulas rectales, enucleación del globo ocular, hemorroidectomías, y dilataciones uretrales mediante el cateterismo gradual. En esta etapa, los actos quirúrgicos se realizaban con mayor frecuencia y era regular la presencia de estudiantes, los cuales se denominaban practicantes, quienes aumentaron sobre todo a partir de la apertura de la universidad de Valencia en 1893.
Se realizaban allí una serie de conferencias, de exposiciones semanales de carácter contradictorio a cargo del profesorado de medicina de la Universidad, lo que aumentó la función docente de aquel instituto, y en sus salas se utilizó por primera vez el microscopio en nuestra ciudad. La Universidad Poseía dos uno grande de tres objetivos y uno pequeño, además de una lupa de gran aumento. Recordamos que el primer microscopio fue utilizado en Venezuela por Alejandro de Humboldt, y el Dr. José María Vargas, es el primer médico venezolano en usarlo, poseía dos que dejó a la Universidad según su testamento . El Hospital de caridad se completaba con la Casa de Beneficencia construida hacia su parte oeste, para la reclusión de los desamparados. Puesta en servicio por el Dr. Laureano Villanueva cuando fue Presidente del Estado, en 1890.

MÉDICOS LIGADOS AL HOSPITAL DE CARIDAD

Dr. Manuel María Zuloaga.
Considerado cofundador de los estudios médicos en Carabobo, Natural de San Joaquín y radicado en Valencia desde 1845. Ejerció aquí la medicina por casi cuatro décadas, murió en 1882. Era el médico con más clientela en Valencia y sus alrededores. Había escrito sobre el cólera y sobre las fiebres del Lago de Valencia.
Luis Pérez Carreño.
Graduado en la Universidad de Caracas. En 1891, alcanzó la condición de médico más reputado del Estado. Ejerció también el Derecho como miembro de lo Corte Superior de Justicia de Carabobo. Como médico había mostrado predilección por la Obstetricia, siendo profesor de esta asignatura en el Colegio Federal de Primera Categoría y en la Universidad de Valencia.
Dr. Manuel Quintana.
Director del Hospital de Caridad, cirujano osado. Había regresado de París recientemente y traía la imagen de los hospitales y de la medicina francesa, estudió allí los procedimientos de asepsia y antisepsia. Operaba con inusitada frecuencia tanto en el Hospital de Caridad, como en la Casa de Beneficencia. Estableció la Sociedad Médico-Quirúrgica de Carabobo, en unión de José Rafael Revenga. Fue amigo de Arturo Michelena, quién nos dejó su figura en magnífico dibujo a lápiz. En carta del pintor a su madre desde París, fechada el 15 de abril de 1887, escribe la siguiente información acerca de sus amigos médicos: “Los Doctores Quintana y Llanos i el compañero Rojas buenos todos.” El Dr. Llanos, a quién a hace alusión es el doctor Luis Llanos Ágreda, nacido y con ejercicio en Valencia, fue médico de cabecera del General Hermogenes López y quién firmó su defunción en 1898.
También estuvieron en la última década del Hospital de Caridad: José Rafael Revenga, quién es el cirujano más caracterizado del cuerpo médico de la última década del siglo pasado. Medardo Medina, Diego Plaza Madriz, Atilano Vizcarrondo, Virgilio González Lugo, Virgilio Herrera, Manuel Antonio Fonseca, Eduardo Celis, Miguel Ángel Pazquez, y Manuel Cárdenas. Sobresalieron en la Universidad, Carlos Sanda, Rafael Guerra Méndez, Rafael Manuel Iturriza, Faustino Figueredo y Lorenzo Araujo.
Con la entrada en servicio del nuevo Hospital Civil, inaugurado el 1º enero de 1897, pero desatada la epidemia de viruela en 1898, se utilizó como hospital para su control y entró en servicio al público algún tiempo después de terminar ésta, el hospital de caridad perdió importancia, a lo que se sumó posteriormente, en 1903 el cierre de la Universidad de Valencia por el régimen de Cipriano Castro, comenzando su declinar que terminó con su cierre tal vez en la primera década del siglo XX.
Fue utilizado como sede de institutos de ayuda al niño, por lo cual en alguna oportunidad se conocía como “Casa Cuna”.
Estuvo abandonado y sirvió como depósito durante muchos años y en peligro de ser demolido. Fue salvada su edificación casi en los últimos momentos por la acción decidida del Centro de Historia de Carabobo, quién logró su clasificación como Monumento Nacional y posterior restauración. Haciéndose justicia con un inmueble tan meritorio, que calmó los dolores y brindó consuelo, cuando consuelo era lo único que podía darse a tantos valencianos. Fue hogar de los estudios médicos, y cobijó los sueños independentistas de 1812, y las actitudes de 1830, quizá ingratas o de incomprensión o matizadas también por el miedo, pero de donde salió la República de Venezuela. Es nuestra historia y como decían los griegos “Ni los dioses pueden modificar el pasado”. La mentira sólo puede falsearlo por un tiempo.

CAUSAS DE MUERTE EN EL HOSPITAL DE CARIDAD.

En 1998 realizamos un estudio sobre las causas de muerte del Hospital de Caridad, creemos que la mayoría de los datos estadísticos de los viejos hospitales están perdidos, sin embargo utilizando como fuente la información del registro civil, pudimos darnos una idea de la mortalidad de aquel hospital y de la patología más frecuente e importante en aquellos días. Los resultados fueron los siguientes, en cuanto a la mortalidad en cinco años, de 1882 a 1886 fue de 545 casos, con un ascenso que, comenzando con 54 casos el primer año, es triplicado a los cinco años, lo que hace suponer que existía un constante aumento del número de pacientes, y una numerosa afluencia de pacientes a la consulta externa de dicho instituto. El sexo masculino tuvo el doble de la incidencia sobre el femenino.
De las causas generales de muerte, observamos que la tuberculosis, flagelo del siglo pasado ocupó el primer lugar, seguido por alteraciones gastrointestinales y enfermedades inflamatorias. En cuanto a la distribución etaria, la prevalencia se evidenció en el grupo de 21 a 30 años con 120 casos, seguido del de 31 a 40 años, con 110 casos. La juventud pagaba tributo a las viejas plagas: desnutrición, enfermedades inflamatorias y tuberculosis. Hoy a las puertas del año dos mil, estos viejos guerreros han detenido su retirada y miran hacia atrás amenazantes, quiera Dios que no retornen su furia contra la humanidad.
Estos datos nos permiten tener una visión del trabajo del hospital. De sus diagnósticos, se evidencia el trabajo clínico y la cultura médica y científica. En algunos casos permite suponer la actualización de conocimientos, como por ejemplo el diagnóstico de Delirium tremens, de muy reciente uso en aquellos años. En síntesis podemos decir que la medicina aplicada en el Hospital de Caridad de Valencia, estuvo a tono con los conocimientos médicos de su época.

En los “apuntes estadísticos del Estado Carabobo”, realizados por la Dirección de Estadística del Ministerio de Fomento en el año económico de 1873 a 1874. Cuando se refiere a beneficencia, dice lo siguiente: “Existe en la ciudad de Valencia un Hospital de Caridad... Hoy existe con solo veinte enfermos, un médico, un contralor, un practicante y sirvientes. El Concejo municipal no atiende a esta casa como debiera hacerlo y ni siquiera ha podido refaccionar por completo el hermoso edificio”.

REVISTAS MÉDICAS DEL HOSPITAL DE CARIDAD.

En la obra que recoge su investigación titulada: “Valencia. Política, Positivismo y Religión a finales del siglo XIX y comienzos del XX”. (2010) Iván Hurtado León, destaca la importancia de las revistas médicas del Hospital de Caridad de Valencia, las cuales fueron consideradas y Declaradas de utilidad pública mediante decreto del Presidente del Estado Carabobo, el día 24 de noviembre de 1893. Dicho autor realizó el hallazgo de dos ediciones de la “Revista Médico-Quirúrgica de Carabobo” en la Biblioteca “Tulio Febres Cordero” de la Ciudad de Mérida, las revistas corresponden a Diciembre de 1893 y Enero de 1894, dichas revista fueron microfilmadas y reproducidas en su obra en cuestión. En el ejemplar de noviembre de 1893, el artículo central trata sobre la “Periodicidad bajo el trópico” del Dr. Manuel a. Fonseca. En el ejemplar de enero de 1894, destaca como artículo central el del Doctor Luis María Llanos A. (Ágreda) “Contribución al Estudio de las Enfermedades del corazón” y trae también un artículo del Doctor Luis María Cottón “Indicaciones y contradicciones en el tratamientos de las caries dentales”.
Estas publicaciones, nos ponen de manifiesto el movimiento científico que existía en aquel hospital, intensificado por la creación de la Universidad de Valencia en 1893.









EL HOSPITAL CIVIL DE VALENCIA.

El Hospital Civil de Valencia fue el resultado de una necesidad sentida por el gremio médico de Carabobo ante las ya insuficientes salas del Hospital de Caridad. Motorizaron la idea los doctores Luis Pérez Carreño, Atilano Vizcarrondo y Manuel Quintana, quienes lograron; gracias a su entusiasmo, la acción conjunta de todos los poderes de Valencia. Era gobernador el General José Félix Mora, quien con pasión se adhirió al proyecto del nuevo hospital.
La Asamblea Legislativa, el 28 de febrero de 1895, decretó: “La fundación en esta ciudad de un Hospital Civil del Estado con capacidad suficiente para doscientos enfermos”. Se creó igualmente una Junta Directora, compuesta por médicos y ciudadanos, la cual estaría encabezada por el Presidente del Estado, dicha junta debería levantar el plano del edificio, éste debía satisfacer todos los adelantos médicos de la época, igualmente seleccionarían el sitio adecuado para levantar la obra. Se escogió una explanada conocida como el Hemiciclo, que corresponde hoy al cruce de las calles Cantaura y Aránzazu, terreno adquirido y donado por la Municipalidad de Valencia, y el Ejecutivo firmó contrato para la construcción con la Empresa Torres de la Ville y Compañía.
Los trabajos comenzaron y ya el 15 de diciembre de 1896, en el número 120 de la revista “El Cojo Ilustrado” vemos fotografías de la construcción del hospital, donde evidenciamos su fachada bastante adelantada. Y el primero de enero de 1897 se procedía a su inauguración.

domingo, 31 de julio de 2011

Bienvenidos a la página de la Academia de Historia del Estado Carabobo.

Bienvenidos a nuestra página de la Academia de Hiostoria del Estado Carabobo, ella está en prueba y comenzando. Esperamos que se constituya en un enlace entre sus miembros, la comunidad y otras instituciones afines, pretendemos que sea llenada de artículos interesantes y útiles a los estudiosos y amantes de nuestra historia, como también una referencia de los actos y actividades de nuestra institución.